18 de febero del 2002

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LA INSIGNIA

*   "La columna avanza de nuevo"
Von Pascal Beucker

Finalmente, no se sabe si Gehrard Schröder va a visitar la República Checa. El canciller tenía prevista la visita en marzo, pero se lo está pensando otra vez. Porque igual que la extrema derecha alemana y austríaca, las asociaciones de expulsados y su contrincante bávaro Edmund Stoiber, Schröder está enfadado a propósito de las últimas declaraciones del presidente checo. En una entrevista aparecida a finales de enero en la revista Profil, Milos Zerman dió su opinión entre otras cosas sobre la propuesta del dirigente de la unión de alemanes de los Sudetes en Austria, Gerhard Zeihsel, que pretendía hacer bilingües los carteles con nombres de localidades en la República Checa. Milos Zeman rechazó dicha propuesta por ser "una estupidez completa". No se debe "olvidar que los alemanes de los Sudetes fueron la quinta columna de Hitler para destruir la única isla democrática en Centroeuropa", y además en aquellos tiempos los alemanes de los Sudetes eran ciudadanos checos y "por tanto según el Derecho checo han cometido muchos de ellos traición, un delito entonces castigado con la pena de muerte", por lo que la "expulsión fué una pena relativamente suave".

Tras estas declaraciones hierven las mentes de los expulsados profesionales en Alemania. Zeman es en su opinión "incorregible" y "eternamente anacrónico", bramaba el presidente de los expulsados de los Sudetes y parlamentario de la CSU (socialcristianos bávaros), Bernd Posselt. Según él, las declaraciones son "una burda falsificación de la historia y una recuperación criminal de la tesis de la culpa colectiva ya superadas". Su colega austríaco, el funcionario del FPÖ (partido de Jörg Haider) habla de "actos criminales como robos, asesinatos y genocidio, que ciertos decretos llamados de Benes permitieron". "Los 3,5 millones de alemanes de los Sudetes fueron asimilados contra su voluntad en la primera república checa."

Es una curiosa interpretación, porque se necesita mucho entusiasmo por la falsificación histórica para ver en los alemanes de los Sudetes a víctimas y no culpables. La República Checa de entonces tenía como modelo la política de nacionalidades de Suiza. De "sometimiento" de los alemanes de los Sudetes no se puede hablar de ninguna manera, que tuvieron dos partidos políticos liberales con representación parlamentaria e incluso ministros hasta que éstos se autodisolvieron para adherirse Partido de los Alemanes de los Sudetes fundado en 1933 por el encendido nacionalsocialista Konrad Henlein, quién exigía el "Anschluss" con Alemania y obtuvo en las últimas elecciones municipales en Bohemia Occidental de Mayo de 1938 el 91,44 % de los votos alemanes. Los alemanes de los Sudetes se habían decidido por Hitler y vitoreaban la ocupación poco más tarde.

La expulsión de los alemanes despues de 1945 fué quizá en casos individuales una consecuencia dura pero a la vez lógica, además de estar basada en las decisiones de las potencias aliadas en la Conferencia de Potsdam. Los decretos del primer Gobierno checo de la posguerra, dirigido por el liberal progresista Edvard Benes, que regularon la expulsión de los alemanes y otras "personas poco fiables para el Estado" y expropiación de sus bienes, son igualmente comprensibles. Estaban dirigidos contra aquellos cuyo comportamiento había respaldado la política nazi, la ocupación y finalmente la ofensiva bélica alemana, pues no todos los alemanes fueron expulsados: los antifascistas y aquellos que habían participado activamente en la liberación fueron exentos.

Ante las elecciones, se está dando una rara unidad entre el Gobierno Federal rojiverde y la oposición conservadora acerca de las declaraciones de Zeman. Una culpa colectiva de los alemanes de los Sudetes es inaceptable -dijo Joseph Fischer, el ministro verde de Exteriores- pues algunos hubo que fueron leales a la República Checa y participaron en la Resistencia contra el régimen nazi, algo que Zeman nunca ha negado. La parlamentaria de la CDU y presidenta de la Unión Federal de Expulsados afirmó que Zeman defendía la política "de limpieza étnica de Edvard Benes y no entendía nada de los valores europeos ni de los Derechos Humanos". El candidato a canciller de la CDU/CSU, Edmund Stoiber, llegó a exigir por escrito una disculpa de Zeman: "La expulsión de los alemanes de los Sudetes no es justificable en ningún caso". Todo lo anterior debe de haber alegrado a la Unión Federal de Expulsados, que ve satisfecha con ello una de las condiciones para ser votado en las próximas elecciones. En concreto, la condición se refiere a la inclinación de los partidos a exigir a algunos países candidatos a la entrada en la UE, Polonia, República Checa y Eslovenia que levanten los decretos de posguerra relativos a la expulsión. La CDU tiene previsto organizar un concierto a beneficio de un "Centro contra la expulsión" en Frankfurt am Main en el que participarán notables del partido y en el que, una vez más, se cultivará el mito de los alemanes de los Sudetes como víctimas de la injusticia.

Sin embargo, Zeman permanece firme a pesar de la presión de Berlín y de Múnich. Sobre la exigencia de disculpas por parte de Stoiber, responde que "uno no se disculpa por decir la verdad". Él critica a los colaboradores sin distinguir nacionalidades y una "parte esencial de los alemanes de los Sudetes participó como quinta columna de Hitler en la destrucción de Checoslovaquia. Si el señor Stoiber no entiende eso, es que no conoce los hechos históricos". O no los quiere conocer, y en eso no es el único.

Traducción para La insignia: Andrés Manzanares.


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